Materiales y acabados arquitectónicos. Conoce cuáles afectan tu salud y cuáles no
SANTO DOMINGO. – En 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió Salud como “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
¿Te has puesto a pensar en los materiales de terminación arquitectónica o acabados utilizados para remodelar o construir las instituciones de salud? Éstos forman una parte importante de diseñar bajo los lineamientos del medioambiente terapéutico y es uno de los acápites que verificarán los estándares internacionales como JCI para la acreditación de las instituciones.
La selección, compra, instalación y uso de estos materiales es una parte vital para la calidad y seguridad de todas las personas que usan el hospital, personal médico, administrativo, servicios, pacientes y enfermeras.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de materiales saludables?, ¿Cuáles son considerados insalubres?, ¿Cómo impactan a nuestra salud?
Nos referimos como materiales o acabados de terminación saludables a la selección del piso, las paredes, la pintura, los techos, plafones, el mobiliario, que ayudan a la calidad medioambiental del espacio y son seguros para la salud.
Los materiales insalubres son aquellos que expuestos directamente a los humanos emiten químicos y dañan la calidad del aire interior. También el uso de materiales que, aunque no sean tóxicos sean peligrosos por resbalar o causar caídas.
Estos elementos son:
VOC- compuesto orgánico volátil o Volatile Organic Compound, los ftalatos o ésteres de ácido ftálico, cloruro de vinilo, formaldehído, Ignífugos bromados, Isociantos. Todos los mencionados se encuentran en la lista de sustancias perjudiciales a la salud y se encuentran todavía en muchos productos de terminación arquitectónica.
¿Por qué son tóxicos?
- Aldehídos: Alta toxicidad, irritación de la piel y las vías respiratorias, reacciones alérgicas, asma, son cancerígenos.
- Ignífugos bromados: reducen al coeficiente intelectual, reduce la fertilidad, defectos de nacimiento, cambios hormonales, neurotoxicidad, cancerígeno, es bioacumulativo y persistente.
- Ftalatos: disruptores endocrinos y agentes tóxicos reproductivos
Los fuegos retardantes químicos o ignífugos bromados los encontramos en:
Textiles, mobiliario tapizado, en los cables, en los colchones, en el material aislante.
Al especificar y elegir materiales que naturalmente resisten o retardan el fuego, manejamos un nivel bajo de toxicidad, estos materiales son, la lana, el concreto, yeso, ladrillo. Usar mobiliario sin fuego retardante donde no se requiera.
Las agencias internacionales de seguridad laboral OSHA, EPA, la guía verde para Hospitales nos brinda alternativas de otros materiales que no causan daños a la salud.
EL VOC - son químicos orgánicos que emiten vapores en temperatura ambiente (formaldehído) lo encontramos en las pinturas. Al elegirlas debemos asegurarnos que en las latas digan los componentes y que especifique bajo o sin VOC.
Al elegir los pisos lo primero que debemos tener en cuenta son las caídas y resbalones. Al especificarlos debemos velar porque no produzcan reflejo, que no sean encerados, que sean de alto tránsito y con alto coeficiente de fricción en donde se requiera, que no tengan patrones muy rebuscados, que las transiciones se hagan sin tropezones y que no sea del mismo color de las paredes.
El control de infecciones adquiridas intrahospitalariamente o nosocomiales, es vital para la institución garantizar la seguridad de sus pacientes y de su personal, para esto se usan agentes antimicrobiales que son tóxicos (triclosan, iones de plata, compuestos de amoníaco), esto se encuentra en tapizados, cortinas, lencería, cerámica, pisos flexibles, pintura y alfombras. Estos tóxicos antimicrobiales afectan la calidad del agua, son cancerígenos, su efectividad de matar bacterias no está comprobada y nos da una sensación falsa de seguridad, que sea antimicrobial no significa que se limpie solo. Hay que limpiarlos y si a eso le agregas materiales de limpieza tóxicos es una cadena, estos limpiadores deterioran los materiales, los desgastan y afectan su vida útil, son por ejemplo el cloro, limpiadores con amoníaco y cera.
Se prefiere la desinfección con rayos ultravioleta, vapor, hidrógeno de peróxido concentrado y limpieza frecuente con agua, jabón y vinagre.
¿Qué elegimos?
Materiales de acabados con colores claros donde se pueda ver el sucio para identificarlo, materiales no porosos, sin juntas para evitar la estimulación de crecimiento de bacterias en ellas, materiales naturalmente antimicrobiales como las aleaciones de cobre, aditivos no tóxicos, carbón activado, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), aditivos orgánicos biodegradables y chitosán o quitosano
Con toda esta información, lo importante es evaluar los criterios de rendimiento del material a especificar, las dimensiones, la vida útil, resistencia a las manchas, a las ralladuras, al desgaste y la humedad y lo más importante el impacto en la salud de sus ocupantes.
Esto es un esfuerzo conjunto que no solo abarca al diseñador, va con los directivos que aprueban los presupuestos dentro de las instituciones, los que se encargan de comprar y adquirir los productos, mantenimiento y operaciones.
Nuestro rol como diseñadores es siempre investigar las fichas técnicas de los productos a especificar dentro del diseño y saber que los materiales especificados concuerden con el tipo de espacio y su aplicación, que corresponda a su vida útil e incluir la toxicidad de material como parte del criterio de desempeño, además estar atentos a que se instale el material que se especificó. Un material bien especificado mal aplicado es dinero malgastado y un riesgo a la salud y la seguridad.
Artículo realizado por la arquitecta Kathylka González de Urtecho, perteneciente a la AIA Int. Assoc., Architecture Academy for Health y el International Academy for Design and Health y colaboradora de Diario Salud.