Articulo por la doctora Raysa Portorreal, especialista en Gerencia, Servicios para Adultos Mayores y Economía de Salud.

En todos los países del mundo y de la región se han evidenciado en base a estudios disponibles por medio de medicina basada en evidencia (MBE), la gran cantidad de enfermedades y de eventos adversos a la salud que pueden evitarse, considerados hoy en día como parte del cóctel de las llamadas “enfermedades crónicas no transmisibles”

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las patologías crónicas son la causa del 60% de las muertes a nivel mundial y desencadenan el 75% del gasto en salud. Se calcula que, antes del 2020, las enfermedades crónicas supondrán el 60% de la carga global de la enfermedad, las cuales serán responsables del 73% de las muertes en todo el mundo y, en los países en vías de desarrollo, donde estas representarán más del 50% de la carga de enfermedad. En la actualidad, las patologías crónicas son las responsables del mayor número de fallecimientos fundamentalmente por las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades pulmonares obstructivas, las cuales están asociadas a diferentes factores de riesgos evitables.

Lo que supone considerar con responsabilidad si realmente los países de la región, están involucrados en el compromiso social de proporcionar a los ciudadanos y ciudadanas las herramientas y mecanismos que permitan la mejora de la calidad de vida.

En el caso particular de la Repύblica Dominicana, existen artículos en las leyes dominicanas, que tratan sobre el tema de impulsar el desarrollo de programas nacionales y políticas públicas a favor de la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades.

Los diferentes mandatos legales son los que sirven de sustento a la presentación de estrategias para la gestión de los servicios de medicina preventiva en el país.

En el caso de la Ley 87-01, el artículo 119 que trata sobre el Seguro Familiar de Salud, expresa que “El Seguro Familiar de Salud comprende la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de las enfermedades, la rehabilitación del enfermo, el embarazo, el parto y sus consecuencias”.

De igual manera en el caso del artículo 129, se especifica que el Sistema Dominicano de Seguridad Social garantizara, en forma gradual y progresiva, a toda la población dominicana, independientemente de su condición social, laboral y económica y del régimen financiero a que pertenezca, un plan básico de salud, de carácter integral, compuesto por los servicios de

Promoción de la salud y medicina preventiva, de acuerdo al listado de prestaciones que determine el Consejo Nacional de la Seguridad Social.

Cuando se analiza, los contextos sociales que están implícitos en la correcta aplicación de estas regulaciones, podemos valorar algunas perspectivas, para entender si realmente invertir en programas de medicina preventiva es efectivo para el país?, realmente permite ahorrar costos como plantean algunos expertos a nivel internacional?

En algunos contextos, claramente la prevención genera ahorros, especialmente cuando dicha prevención no tiene muchos costos asociados. Por ejemplo, Todo lo que cambia y mejora el estilo de vida, no genera otros costos diferentes a los costos de oportunidad por el tiempo dedicado a alguna actividad física en particular (caminar que es una actividad muy saludable tiene la gran ventaja de ser libre de costo). En muchos casos, cuando la prevención es libre de costo, es una prevención que no depende directamente del sector de la salud, ni del sector público ni gubernamental, este depende del estilo de vida de la persona, depende de si la persona practica algún deporte, de su alimentación y del ambiente donde vive.

Entonces, real y efectivamente podemos analizar algunas intervenciones de tipo preventivo, las cuales pueden implicar ser de tipo “costosa”, algunos ejemplos de este tipo de intervenciones podemos valorarlo, si evaluamos las inversiones que realiza cada país para evitar que la población general se contagie con alguna enfermedad que puede ser prevenida con la aplicación de un esquema de vacunación.

Para muchas enfermedades que tienen una prevalencia pequeña (casos conocidos) y una vacuna relativamente costosa, frente al costo de los gastos de hospitalización para el tratamiento de tipo curativo, una política de prevención no va a permitir ahorrar gastos en salud. La realidad es que cada país analiza de manera profunda que, aunque el costo de la prevención es bajo, si se aplica al 100% la vacunación a toda la población, a largo plazo puede resultar a veces más costoso que los tratamientos curativos aplicados a un sub-conjunto más pequeño de la población con alto potencial de enfermarse.

Entonces, cuál es el costo real de cubrir la medicina preventiva?, para responder esta pregunta, podemos tener múltiples respuestas, ya que la misma dependerá del tipo de intervención social que sea requerida para impactar en una enfermedad determinada, además de valorar los determinantes sociales sobre los cuales la misma población tiene total autonomía, esto porque en la práctica se puede tener el mejor programa de prevención y las personas no están sensibilizadas sobre el accionar que se espera de ellas, por lo que abandonan los programas sin generar adherencia a los diferentes esquemas, lo que se traduce en doble gasto para el sistema, en vista de que se tiene que asumir el costo del programa, así como el efecto rebote de la evolución de la enfermedad, con los deterioros implicados, el tratamiento y la rehabilitación.