La innovación de las impresiones 3D se ha trasladado al campo de la ciencia y la sanidad, lo que ha supuesto la investigación y hallazgo de biomateriales que pueden ser usados para crear órganos artificiales que se incorporen en organismos vivos. Estos milagros de la ciencia se comenzaron a introducir en el campo médico en torno a 2007. En este año nació Orgonovo, la primera empresa americana especializada en el diseño de órganos, pionera en crear venas y tejidos cardiacos.

En 2013 ya estaban fabricando hígados en sus máquinas 3D y en 2014 se introdujeron con tejidos hepáticos para la realización de ensayos médicos y pruebas de medicamentos.

Aunque ya se trate de una profesión a medio camino entre la tecnología, la ciencia y la medicina, su labor profesional todavía está acotada al campo de la investigación y las pruebas médicas. Los profesionales en creación y trasplante de órganos tienen formación en Biomedicina, Biología y han completado sus competencias con una especialización en impresión 3D aplicada al campo sanitario.

Los equipos dedicados al diseño de órganos suelen ser multidisciplinares compuestos por médicos, enfermeros formados en impresión 3D, junto a investigadores e ingenieros que indagan sobre nuevos materiales y las estructuras que se adaptan al cuerpo humano.

Actualmente, todos los profesionales que se dedican a este campo de la ciencia apuntan la necesidad de encontrar nuevos perfiles profesionales especializados en la impresión 3D, la innovación de materiales y la Biomedicina.

De su lado, los expertos en negocios e innovación apuntan a que se trata de un sector con un potencial de crecimiento enorme y se estima que, para 2025, el diseño de órganos artificiales generará un sector global superior a los 3.000 millones de dólares anuales y al que se deberán incorporar nuevos profesionales, como responsables de calidad, tecnólogos expertos en Biología o formadores para implementar estos softwares en hospitales de todo el mundo.

Fuente: Universia.