Informó que son los propios padres quienes llevan a sus hijos a los centros y solicitan la aplicación de hormona del crecimiento, testosterona y otros anabólicos administrados por vía oral solos o mezclados con proteínas o en inyecciones, en una edad donde el desarrollo puberal es normal, los tutores ejercen la acción motivados por indicación de los preparadores de los menores o por el resultado de otros que hacen lo mismo.

La Sociedad Dominicana de Endocrinología Pediátrica afirmó que con esas prácticas, los jóvenes deportistas se exponen a complicaciones graves por el uso inadecuado de estas sustancias que pueden provocar la muerte o lesiones permanentes. Al respecto,esa organización cree que se debe diseñar una estrategia interinstitucional para enfrentar la situación.