Dignidad y derechos en Salud Mental, visto por una estudiante de medicina
Por Ana Patricia Gómez de León, estudiante de medicina de quinto año. Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Oficial Local del Comité Permanente de Salud Pública (SCOPH-ODEM) (2014-2015), Coordinador Nacional del comité Permanente de Salud Pública SCOPH- ODEM (2015- 2016), Presidenta de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM), 2018.
“Las personas con enfermedades mentales no eligieron su condición, desean sentir la inclusión, el amor, y el respeto por aquellos que se creen normales y que por temor a la propia enfermedad mental practican el rechazo y la indiferencia”. Dr José Miguel Gómez Psiquiatra y Escritor.
Se que muchos piensan que salud mental es sinónimo de locura. Pero les recuerdo que la salud mental es un bienestar físico, psicológico, social y espiritual que el ser humano debe lograr para alcanzar calidez y calidad de vida, pero sobre todo, felicidad.
La salud mental en República Dominicana está en crisis, debido a la violencia social, la inseguridad ciudadana, desempleo, la exclusión, el consumo de drogas, el aumento de los divorcios, la disfuncionalidad familiar, el embarazo en adolescentes, el suicidio y más jóvenes con conflicto con la ley.
Pero también están aumentando las demandas en la atención psiquiátrica por depresión, ansiedad, trastornos de la personalidad, bipolaridad, esquizofrenia, estrés por deudas, demencia y en los últimos años han aumentado las adicciones a drogas, alcoholismo, compra compulsiva y trastornos alimentarios. Demandas y servicios que han aumentado sin que exista el acceso a una cobertura nacional ni regional en salud mental.
Para mal, la población joven y adulta productiva son los que tiene más vulnerabilidad a padecer estos trastornos. Cada día son más los enfermos mentales en las calles donde se les violan sus derechos y su dignidad; los rechazan, se burlan de ellos y son abusados sexualmente, habló de pacientes en pobreza extrema que han perdido el vínculo familiar, la afectividad y el compromiso. Esta dura realidad habla de una sociedad que crece y se desarrolla, pero que también se deshumaniza y se hace indiferente.
Como estudiante de medicina me he quitado las vendas de los ojos, he abierto mis oídos, y no guardo silencio, he visto la lucha diaria de los familiares y pacientes de salud mental a los cuales abrazo. Es una pena y una falta de justicia social que las ARS no incluya las enfermedades mentales, ni los medicamentos de la población vulnerable, corresponde al estado organizar y planificar el desarrollo social y humano, de forma individual le corresponde a cada individuo aprender a planificar su desarrollo integral.
Las provincias y regiones de nuestro país carecen de hospitales que presten atención de servicios en salud mental, carecen de unidades de atención en urgencias psiquiátricas y las que están prestando estos servicios no cuentan con suficientes camas disponibles, necesitamos más psiquiatras, necesitamos más enseñanza en esta área médica y necesitamos menos dominicanos ajenos a la causa y que deseen poner una mirada humana y quitar la estigmatización en la salud mental.
En la actualidad lo pendiente es hacer: un diagnóstico temprano, dar el mejor tratamiento y hacer posible la integración social, laboral y familiar de la persona con enfermedad mental, el desafío es responder con las políticas públicas, con una inversión centrada a los grupos más vulnerables. La salud mental debe ser inclusiva, equitativa, universal y de derechos, sin importar la condición económica y social.