Escasez de Agua y Salud

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Autor: Ángel Luis Ventura Ramón, estudiante de 5to año de Medicina, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Representante nacional del Comité Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM)

El agua es el recurso natural más importante que existe y del cual depende casi toda la vida en la Tierra. Se considera un recurso renovable porque tiene la capacidad de restaurar sus características naturales a una velocidad mayor de la de su consumo, pero ¿hasta qué punto lo es? A diferencia de los derivados de los combustibles fósiles, que no pueden volver a su estado natural una vez son quemados o utilizados, el agua puede, por procesos naturales o artificiales, renovarse, pero difiere de otros recursos renovables, como la radiación solar o el viento, en la velocidad en la que puede hacerlo. Por tanto, podríamos clasificarla como “parcialmente renovable” ya que si no tenemos un control de la velocidad y cantidad de agua que utilizamos, esta podría llegar a acabarse en algún punto en la historia.

Bien es sabido que en los últimos meses la República Dominicana (RD) estuvo experimentando una escasez alarmante de agua, principalmente por la falta de lluvias en todo el territorio nacional, que ha repercutido en sobremanera en la agricultura y la ganadería del país, no dejando a un lado al sector salud.

Las sequías, en general, presentan efectos negativos, tanto directos como indirectos, en la salud pública. Lo hacen por diversos mecanismos de los que destacan: [1]

1. Disminuyen la cantidad y la calidad de agua potable disponible, componente imprescindible para mantener la sanidad en la población.
2. Presentan efectos nocivos en la calidad del aire, debido a niveles menores de humedad en el aire atmosférico y mayor cantidad de partículas nocivas en el mismo.
3. Aumento del riesgo al realizar actividades recreativas.
4. Disponen peores condiciones de vida relacionada con la energía eléctrica, situación sanitaria e higiene, esta última como factor más importante para prevenir enfermedades a nivel intra y extrahospitalario.
5. Se afecta la alimentación y la nutrición de la población, teniendo una comunidad más susceptible a enfermedades.
6. Aumento de la incidencia de enfermedades y afecciones, como consecuencia multifactorial de los mecanismos ya descritos.

Estos puntos son parte de la razón por la cual se ha recalcado en los últimos meses en el ahorro del agua, conducta que no debe detenerse una vez haya pasado la sequía. Lamentablemente las épocas de sequías son fenómenos naturales normales que no se pueden controlar y rara vez predecir, sin embargo, se debe tener control del agua, tanto durante el fenómeno como una vez haya pasado, y cierta preparación para el mismo.

Referencias:

1. Plataforma digital de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), CDC en Español, Especiales CDC, Salud ambiental, “Las sequías y su salud”, 28 de agosto de 2017, recuperado en: 9 de mayo de 2019, disponible en: http://bit.ly/2JgpQPq

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