La salud sexual en adolescentes: una brecha a cerrar

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Autor: Amelia Núñez Geraldino. Estudiante de 1er año de medicina de la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Miembro del comité SCORA de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

Reducir los embarazos en adolescentes y reducir la incidencia de infecciones de transmisión sexual en la población es tarea de todos.

Son múltiples las consecuencias que puede traer el iniciar una vida sexualmente activa a temprana edad, ya que las responsabilidades a sobrellevar luego de realizado dicho de acto, sin concientización, son bastantes. Consecuencias que van desde contraer una enfermedad de transmisión sexual (ITS) hasta tener que posicionarse como madre a una edad muy temprana. Ahora bien, la pregunta que nos tenemos que hacer es ¿Podrían las jóvenes tener la suficiente madurez emocional como para enfrentar la carga de la maternidad y la crianza de los hijos?

¿Seria lo mas optimo para una joven tener que dejar los estudios o el trabajo por un periodo de embarazo?

No es un secreto que la salud sexual en adolescentes es unos de los temas a reforzar de manera significativa en la República Dominicana por lo que se ha ido convirtiendo, cada dia mas, en un asunto imperioso en la población joven dominicana. De hecho, de acuerdo con UNICEF República Dominicana, nuestro país ocupa el quinto lugar en embarazos de niñas y adolescentes entre los países de América Latina y el Caribe y cita que según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR, 2009) un 22% de las adolescentes entre 15 y 19 años en el país han estado embarazadas (1), de esa misma manera podemos corroborar los datos mediante la Encuesta Demográfica de Salud de la República Dominicana (ENDESA) realizada en el 2013 la cual arrojó que una de cada 5 mujeres de 15-19 años ha tenido hijos o ha estado embarazada, porcentajes que varían entre un 5 % en las más jóvenes (15 años) y un 34% entre las de mayor edad (19 años) (2).

Cabe destacar que la población adolescente dominicana ha frecuentado a prácticas sexuales de manera precoz, sin un previo conocimiento sobre salud sexual lo que se traduce no solo en múltiples casos de embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual (ITS) y alta mortalidad de la población joven a causa de un mal desarrollo en el embarazo , sino también a maternidad temprana que conlleva a relaciones intrafamiliares débiles y a la deserción escolar que se hace difícil retomar.

Sin duda alguna, un comienzo precoz de una responsabilidad tal como la maternidad frecuentemente reduce las oportunidades tanto educativas como laborales de las mujeres. En este tenor, ENDESA expresa que un 20% de las mujeres de 15-19 años que había abandonado la escuela lo hizo por estar embarazada (2). Dato que corrobora lo antes expuesto y ,al mismo tiempo, se convierte en una situación alarmante en vista de que la población joven es un grupo de edad de suma importancia para el futuro desarrollo y sustento de la República Dominicana como nación.

Desde luego, la solución no está en prohibir al joven dominicano de buscar satisfacer su deseo sexual ni mucho menos en plantearles esta actividad como una situación prohibida y maligna, pues ciertamente el deseo sexual es un proceso natural del ser humano que comienza su desarrollo en edades tempranas en un periodo denominado pubertad, caracterizado también por los cambios físicos tanto en las niñas como en los niños donde se pueden visualizar crecimiento en el vello púbico y de las mamas en las niñas y desarrollo de la musculatura y crecimiento de los testículos en el caso de los varones.

Ahora bien, si bien es cierto, que a los jóvenes no se les puede poner barreras en cuanto a la edad en la que decidan iniciar su actividad sexual , se puede potencializar su salud sexual informándoles ,de manera activa, sobre los métodos anticonceptivos, prevenciones durante la relación sexual y las enfermedades que se pueden contraer durante este acto, medidas que darían resultados de manera directa al descenso de las cifras de embarazos precoces, maternidad temprana y jóvenes infectados de ITS.

Del mismo modo, para obtener resultados favorables los servicios de salud de nuestro país deberían de no solo convocar a charlas de concientización a los jóvenes sino también a los padres de estos, quienes, en muchos casos, también contrajeron actividad sexual sin un conocimiento óptimo sobre salud sexual.

Son múltiples los factores que dia tras dia nos van frenando, como sociedad, para poder disminuir esta problemática, ya que existe desigualdad en el acceso a los servicios de salud de calidad, insuficientes programas de educación en salud sexual y desigualdad de género lo que se traduce en un estado de salud sexual deficiente, principalmente para los grupos de bajo recurso.

Tenemos que comenzar a darle la correcta importancia que se merece un asunto como la salud sexual en nuestro país, ya que mientras esta siga modelando un segundo plano sin ser prioridad política para los que dirigen o prioridad en el ámbito familiar para los padres, la salud sexual en adolescentes ,definitivamente, seguirá siendo una brecha a cerrar en la República Dominicana.

Referencias:
(1) UNICEF. Embarazo en adolescentes. 2016
Disponible en: https://uni.cf/2UPf7wu
(2) ENDESA. Condiciones y tendencias del desarrollo de los servicios de salud.
2003. Disponible en: http://bit.ly/2HsrET9

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